jueves, 30 de abril de 2009

LA RESEÑA

¡Hola a todos!
Aquí os dejo dos modelos de texto que explica cómo realizar una reseña: una presentación realizada por Lourdes Doménech y un texto expositivo con un ejemplo concreto. La primera está destinada al público juvenil (estudiantes) y la segunda a todo tipo de público.

Cosas a tener en cuenta: como son antologías de relatos, habrá que comentar los diferentes autores. Si todos son del mismo autor, como es el caso de Cortázar o de Poe, se comenta exactamente igual que si fuera una novela. También es necesario destacar cuál os ha gustado más y por qué (no es preciso que sea un único relato, la disparidad de opiniones es positiva).



LA RESEÑA CRÍTICA

Es un texto expositivo - argumentativo que implica, en primer lugar, haber comprendido muy bien el producto cultural (obra literaria, cuento, película, pintura, ensayo, etc.) reseñado como para poder resumir lo esencial de su contenido, pero además, es necesario que quien realiza la reseña (el escritor) esté en condiciones de emitir opiniones y juicios de valor fundamentados acerca del texto leído. En la reseña crítica se hace un recuento del contenido de una obra, de sus ideas esenciales y aspectos interesantes, al tiempo que se hace una valoración crítica del mismo. El autor de la reseña debe aclarar que la valoración de la obra corresponde a su posición, dejando al lector en libertad de que se forme su propia opinión.. Cumplidas las dos condiciones anteriores, se requiere poner en funcionamiento todos los conocimientos que tenemos en el campo de planeación, textualización y revisión de textos, para poner por escrito nuestras ideas de acuerdo con la estructura de este género. Las reseñas son muy importantes porque, a través de ellas, no sólo nos enteramos del tema de una obra sino de la forma como ésta es recibida por la crítica. Es de vital importancia la revisión del texto en función de garantizar y facilitar su seguimiento y comprensión por parte del lector.
Adaptación textos de Mabel Giammatteo www.fu-berlin.de.y Maribel Pumarejo. Depto. Gramática. USA

La estructura, en general, de una reseña crítica consta de las siguientes partes:
1. Título
2. Presentación del producto cultural (en este aparte se consignan los datos bibliográficos que encabezan el texto: nombre y apellido del autor, título de la obra, la ciudad donde se editó, nombre de la editorial, fecha de edición y número de páginas).
3. Resumen expositivo del texto reseñado (aquí se presentan, en forma selectiva y condensada, los contenidos fundamentales del producto cultural).
3. Comentario crítico - argumentado del producto cultural.
4. Conclusiones.

Recomendaciones para elaboración de una reseña
• Haz una revisión previa de la estructura de la obra: título, subtítulo y el índice para que te orientes sobre sus aspectos importantes, el propósito, la finalidad de la obra y otros aspectos complementarios. Lee con atención y tomando notas críticas sobre el contenido del texto.
• Revisa las síntesis parciales que hayas elaborado y ordénalas en una plan-esquema, ya que la reseña debe seleccionar lo significativo de la obra leída.
• Resalta la importancia de la obra reseñada con una opinión justa e imparcial.
También puedes acoger las observaciones que hace Luis Afanador a quienes pretender dar su concepto CRÍTICO sobre un libro:

TRIBULACIONES DE UN COMENTARISTA DE LIBROS
Por LUIS FERNANDO AFANADOR
El siguiente texto fue leído por el encargado de las reseñas en la revista Semana durante la pasada Feria del Libro de Bogotá.
Se nos pide, en aras de la concreción, que nos limitemos a dos puntos: criterios de selección y formas de abordar la escritura de una reseña. Voy entonces al asunto sin dilaciones para que en este breve espacio, y así sea un poco de contrabando, tenga tiempo de referirme a algo que me parece capital: qué es un reseñador, cuál es su estatuto. Porque finalmente todo se relaciona.
Bien, ¿cómo escoger un libro? En primer lugar, como lo haría cualquier lector, como alguna vez me dijo Alberto Manguel que operan los lectores: por azar. La clave para encontrar un gran libro desconocido es igual al encuentro con otros seres humanos: un perfume, una cara, un gesto. “El hecho de que nos pisen en el tranvía y de ahí resulte una relación. Todo comienzo es válido”.
En términos prácticos eso quiere decir que debemos ir más allá de los libros que nos envían las editoriales que, por supuesto, manejan sus propios intereses. Hay que ir a las librerías y buscar en los anaqueles escondidos: la vitrina de las novedades se mueve a un ritmo demasiado rápido e injusto. (Aquí quiero hacer un paréntesis: cuando empezaba en este oficio era muy cuidadoso de sólo reseñar libros que tuvieran máximo un mes de haber salido al mercado pero luego comprobé que nadie es muy estricto al respecto y el criterio es bastante amplio: he llegado a leer reseñas de libros con más de un año de aparición, lo cual, por lo demás, me parece muy bien: los buenos libros no envejecen y nunca es tarde para dar noticia de ellos).
Y no sólo hay que ir a las librerías. También hay que estar pendientes de cada uno de los muchos libros que nos envían sin sello editorial, mejor conocidos como ediciones CIicz moi. Aunque no lo crean esos autores anónimos, hemos mirado sus libros con cuidado y les hemos dedicado varios instantes de nuestro tiempo. Y no digo “valioso” porque nunca lo he considerado tiempo perdido. Algún día, estoy seguro, ahí encontraremos una obra maestra o, al menos, digna de figurar en la antología de libros rechazados por las editoriales que alguna vez planeó Michel Foucault y que está por hacerse.
En fin, hay que hojear bastante: en materia de libros también es muy cierto aquello de que hay que besar muchos sapos antes de encontrar a la princesa encantada.
Voy a decirlo de una vez: pertenezco al bando de la crítica celebratoria. Sólo vale la pena hablar leer aquellos libros que nos han conmovido, que no han sido escritos para el olvido sino para perdurar. Los que, de alguna manera, son sobresalientes, los que nos hacen mejores, los que provocan el comentario: “Las grandes obras de arte nos atraviesan como grandes ráfagas que abren las puertas de la percepción y arremeten contra la arquitectura de nuestras creencias con sus poderes transformadores. Tratamos de registrar sus embates y de adaptar la casa sacudida al nuevo orden. Cierto primario instinto de comunión nos impele a transmitir a otros la calidad y la fuerza de nuestra experiencia y desearíamos convencerlos de que se abrieran a ella”. Por eso la crítica, según dice George Steiner a quien pertenece la cita anterior, debe surgir de una deuda de amor.
Hablar de un libro malo es inútil. El libro malo será olvidado. Además que, como bien lo dijo Auden, resulta un acto de vanidad. Encontrar sus defectos es alardear, presumir de nuestra inteligencia.
Entre una novela mediocre de un miembro de un falso boom inventado por periodistas y, digamos, la crónica monumental de los últimos 500 años de la cultura de occidente escrita por un importante historiador, ¿cuál preferir? Sin duda la segunda, por las razones expuestas. Así lo he hecho casi siempre, pero, ¿es lo correcto? En esta época donde la crítica ha sido reemplazada por la dictadura y la tontería de las encuestas (que en Colombia, por cierto, son bastante dudosas y los medios que las publican nos deben una explicación acerca de su metodología) y con premios sospechosos y una buena estrategia publicitaria se crean falsos prestigios literarios, ¿no es nuestra obligación derribar esos ídolos con pies de barro?
La mayoría de las veces pienso que no, por lo que dije: es estéril hablar de un mal libro. El comentario agradecido de un lector a quien le dimos la buena noticia del libro valioso nos confirma que eso era lo correcto. Sin embargo, a veces, al ver que uno de esos ídolos con pies de barro ha crecido a un tamaño que no hay derecho, y nadie dice nada, nadie protesta, sentimos que hay que hacerlo, pase lo que pase. Y lo hacemos. Son las contadas excepciones en que hemos atacado un libro. A pesar de las felicitaciones recibidas —increíblemente parecemos tener más lectores y haber subido en el rating— quedan las dudas, las ambigüedades. No por arrepentimiento, sino por la sensación desagradable de estar, ahí sí, perdiendo nuestro tiempo, nuestra vida.
¿Estuvo bien? ¿Obramos correctamente? Cuando veo que los libros que valen la pena exceden el breve espacio de nuestras reseñas, que se está reduciendo dramáticamente, pienso que sí. Cuando veo el triunfo impune del relativismo y del mercado —todo es válido mientras venda— pienso que debemos criticar y que nuestra única función es llevar la discusión hacia lo que es o no verdaderamente importante. Esta es una de las inquietudes que me gustaría discutir hoy en la mesa.
Segundo punto. ¿Cómo escribir una reseña? Como si fuera el mejor ensayo breve, con la contundencia de los cuentos memorables, con claridad y lucidez. Claro, es casi imposible, pero debemos intentarlo.
Para matizar la anterior respuesta es necesario entrar en el tercer punto, qué es un reseñador.
Creo que es un híbrido. Es una rara especie que es mitad crítico y mitad divulgador; es un lector bien informado: el espectro es amplio. Por eso pienso que cada reseñador finalmente, con su trabajo, define lo que quiere ser. Puede llegar a ser un crítico serio y riguroso pero también puede convertirse en un vulgar copiador de solapas: está en sus manos. No sobra decir que esto último es lo que algunas editoriales quieren que seamos: vulgares copistas de solapas que les exhibimos sus libros.
Si el reseñador se define como crítico tendrá algunos problemas al escribir su reseña. Si sólo profundiza en el texto puede volverse demasiado abstracto: no puede olvidar que le está hablando a alguien que todavía no ha leído el libro y que muchas veces sólo quiere saber de qué se trata. Debe, entonces, dar esa información —sin exagerar, para no dañar la lectura— sin olvidar su juicio crítico. Y debe escribir con pasión porque la pasión contagia. Me refiero a esa pasión inteligente, ese tono personal que tienen los grandes ensayistas desde Montaigne hasta George Steiner. Hay que evitar a toda costa ese lenguaje neutral y eunuco, salpicado de neologismos, que se practica en las universidades con la falsa excusa de la objetividad.
Alguna vez alguien me dijo que después de leer una reseña mía le dieron ganas de ir a comprar el libro, ahí mismo, aunque fuera domingo. Es lo mejor que me han dicho de mi trabajo, es lo máximo a que aspiro. Recomendar un buen libro, compartir esa alegría. Dar a conocer princesas encantadas y comerme en silencio unos cuantos sapos. Y sentir una culpa infinita por todos esos grandes libros, esos perfumes, esos bellos gestos, que pasaron por nuestro lado y no supimos ver.
Publicado en El malpensante, No. 42/dic. 2002

domingo, 26 de abril de 2009

PROLIJO



Los romanos empleaban el adjetivo laxus para calificar algo que fuera grande, extenso, amplio, flojo o suelto. Laxus provenía de liquor, liquoris (con cambio de la i por una a, llamado apofonía, muy frecuente en latín) que significaba 'líquido', un estado de la materia indudablemente más relajado que el sólido.


De allí se formó el verbo relaxare, con el sentido de 'relajar', 'aflojar', 'soltar'. Relaxare arcum era desarmar la cuerda de un arco, liberándola de su tensión (Séneca); relaxare alvus era para Cicerón 'decargar el vientre' (de donde proviene nuestro laxante) y relaxare tristem vultum era 'aflojar el semblante tenso, para darle una expresión tranquila o relajada'.

Además de líquido, liquor vino a derivar en nuestra lengua en licor, entre muchas otras palabras. En economía y finanzas, liquidez es la propiedad de un bien de ser fácilmente convertible en dinero y, por extensión, se aplica también los activos en efectivo, tales como papel moneda, depósitos bancarios y los títulos bien calificados.

A partir de laxus los latinos formaron también prolixus (alargado, extenso, grande). Suetonio describe a un personaje diciendo que prolixo corpore erat (era corpulento).

La palabra prolixus fue retomada por los autores españoles a partir del siglo XV bajo la forma prolijo, con la denotación de 'largo, profuso, extenso', empleada principalmente para referirse a quien da largas e interminables explicaciones cargadas de detalles inútiles, o sea, equivalente a 'demasiado largo, demasiado amplio, excesivamente esmerado o minucioso'. Finalmente, en el Río de la Plata, prolijo adquirió un nuevo significado: 'aquel que hace las cosas con esmero, orden y pulcritud'. Del individuo que no procede de esa forma, se dice que es desprolijo, un vocablo del que no hemos encontrado ninguna referencia fuera del Río de la Plata, donde es voz corriente.

sábado, 25 de abril de 2009

Cantautores: ¿POETAS?


¡Buenos días!
Esta es la tarea a realizar a partir de las canciones:
1. Selecciona dos y justifica que, para ti, la canción se considera un poema.
2. Realiza el comentario de texto de las dos canciones: tema, estructura, recursos literarios, qué nos transmite el autor/a, etc.
3. ¿Hay algún gazapo?
4. Si quieres una bonificación realiza el comentario de todas las audiciones.

Y... Disfrutad de este Completamente Sábado...

jueves, 23 de abril de 2009

Música para tod@s

miércoles, 22 de abril de 2009

Completamente lunes

¡Hola a tod@s!

Adjuntar aquí como comentario vuestro poema dedicado al lunes.

Muchas gracias poetas y poetisas.

Feria del libro

viernes, 10 de abril de 2009

AMBIENTACIÓN SEMANA DEL LIBRO

¡Hola lectores creadores!
Aquí está el formato que os comenté en las clases para la ambientación del colegio durante la semana del libro, pero sabed que puede sufrir todas las modificaciones del mundo para mejorarlo: colores, collage, materiales, etc.
Recordad que la fecha de entrega es el martes 21 de abril.
¡Disfrutad!

Formato moby dick

publicacion moby dick


miércoles, 8 de abril de 2009

DEBERES PASCUEROS PDC

¡Hola chicos y chicas!
Aquí os dejo los deberes de Pascua.
Recordad que, además, hay que ver Good bye Lenin deWolfgang Becker algún que otro NO-DO en youtube y empezar con el guión de nuestro noticiero noticioso.
Ni qué decir tiene que ya debería estar leído el cómic y la mitad de los cuentos (que, tristemente, ya sé que no están ni empezados).
Y por si fuera poco, sacad tiempo para empinar el cachirulo, comer la mona y la "llonganisa".
Ánimo.

DEBERES PASCUA

sábado, 4 de abril de 2009

Los Guachimen

A todos los fans de los WATCHMEN:



No he encontrado la edición facsímil del cómic, por lo que hay que comprarse un tomo de la colección que tiene un coste de 35€ y me parece exagerado como para ser una lectura obligatoria propuesta desde el área de castellano.
¿Qué os parece a vosotros?
¿Y si cambiamos la opción por un clásico de la factoría Marvel: Los cuatro fantásticos, por ejemplo?
Decidme algo...

ZHAO

¡Buenos días cinéfilos!
Además de realizar la crítica de la película en la libreta de Creación Literaria (a partir de la teoría, p.194 del libro de texto), os invito a colgarla en esta entrada, o realizar algún comentario sobre el largometraje.