lunes, 24 de octubre de 2016

EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO.

—Sí, claro. Me gustó muchísimo. Algunas cosas no me convencieron del todo, pero en general me emocionó mucho. —¿Qué es lo que no le gustó? ¿Se acuerda? La verdad es que me daba un poco de vergüenza hablar de Romeo y Julieta con ella. Hay partes en que la obra se pone un poco verde y, después de todo, era una monja, pero en fin, al fin y al cabo la que lo había preguntado era ella, así que hablamos de eso un rato. —Verá, los que no me acaban de gustar son Romeo y Julieta —le dije—, bueno, me gustan, pero no sé... A veces se ponen un poco pesados. Me da mucha más pena cuando matan a Mercucio que cuando los matan a ellos. La verdad es que Romeo empezó a caerme mal desde que mata a Mercucio ese otro hombre, el primo de Julieta, ¿cómo se llama? —Tibaldo. —Eso, Tibaldo —siempre se me olvida ese nombre—. Se muere por culpa de Romeo. Mercucio es el que me cae mejor de toda la obra. No sé, todos esos Montescos y Capuletos son buena gente, sobre todo Julieta, pero Mercucio... no sé cómo explicárselo... Es listísimo y además muy gracioso. La verdad es que siempre me revienta que maten a alguien por culpa de otra persona, sobre todo cuando ese alguien es tan listo como él. Ya sé que también mueren al final Romeo y Julieta, pero en su caso fue por culpa suya.

J.D Salinger, El guardián entre el centeno

PREGUNTAS

1. J.D Salinger y su época.

2. El guardián entre el centeno y la obra literaria de J.D Salinger.

3. Expón el tema del fragmento y relaciónalo con el resto de la obra.

4. Analice las características formales del fragmento: su técnica narrativa y los recursos expresivos empleados.

5. Expresa tu valoración personal del texto y relaciónalo con los conflictos de nuestro tiempo.

(Juanjo Serrano.)

LECTURAS PARA ADOLESCENTES QUE ASUSTAN A LOS ADULTOS



https://youtu.be/SiTpFQ0AL08


Este artículo publicado en elpais.com en 2016 propone unas lecturas muuuuy interesantes.
Ayer, hoy, y siempre.

miércoles, 1 de junio de 2016

LA BUENA LETRA, RAFAEL CHIRBES

CUESTIONES A ANALIZAR:

"Tu padre acababa de morir y yo ya sabía, como sé ahora, que la muerte no le dio consuelo. De tus abuelos no quedaba con vida más que mi madre, que no aparecía en la foto porque, el día de la boda, en vez de ir a la iglesia, se quedó, sustituyendo en la cocina a la abuela María. Apenas unos meses más tarde había muerto la tía Pepita, que fue la madrina y que estaba aquel dia guapísima con el traje que cosimos entre las dos. Angelines, Rosa Palau, Pedro, tus abuelos, Inés y Ricardin, Marga, todos habían ido muriendo a lo largo de los años que separaban el día de la boda de aquél, ya marchito, en que quemé la fotografía. Se trata, en su mayoría, de nombres que a ti nada te dicen y que sólo e vez de cuando has tenido occasión de escuchar. Fueron mi vida. Gente a la que quise. Cada una de sus ausencias me ha llenado de sufrimiento y me ha quitado ganas de vivir..."

  1. ¿Por qué empieza así la novela?
  2. Qué género que ha utilizado el autor para narrar la historia y por qué.
  3. Personajes: Ana       Tomás Císcar       Manuel       Antonio             Isabel
  4. Temas.
  5. Opinión personal.

miércoles, 18 de mayo de 2016

DELIBES, M., El príncipe destronado

 Cuestiones a desarrollar:

  • ¿Cuál es el punto de vista narrativo desde el cual empiezan a contarse los hechos de la novela? ¿Cuál es «la guerra de Papá»? ¿Cuáles son los dos temas centrales de la obra? 
  • En el segundo capítulo, Vítora  dice: «Cinco de cada ciento van al África y le va a tocar a él». ¿A qué alude esta intervención?
  • El tema de la educación es tratado de diferentes maneras a lo largo de la novela, ¿cómo?
  • ¿Qué es esa «Otra Casa de Papá»? 
  • ¿Por qué especifica Pablo que el cura Llanes es de los jóvenes? ¿Qué relación hay entre su juventud y sus ideas políticas? 
  • ¿Qué significación tiene en el marco de la obra la última escena de la novela?
  • Opinión personal de la lectura.

lunes, 29 de febrero de 2016

LECTURAS PROHIBIDAS

FONTANA 01/03/2009 . El Pais.

Agradezco mucho a Manuel Rivas que me haya descubierto una guía de libros prohibidos, la del Opus, que desconocía. Debo admitir que, tras haber fracasado en el intento de leer Camino, no suelo frecuentar la literatura de la secta. Pero esto de un índice de lecturas condenadas es algo muy distinto y lo buscaré con interés, porque estoy seguro de que voy a descubrir en él muchos libros que merece la pena leer.
Los franquistas prohibían a Salgari en Barcelona pero no en Valladolid
Me gustan los libros prohibidos, que son los que expresan las ideas del futuro que no acepta todavía el orden establecido, pero que ayudarán a construir el mundo de mañana. Como sucedió, por ejemplo, con l'Encyclopédie de Diderot, que, pese a las condenas y prohibiciones de que fue objeto, consiguió extender su influencia por toda Europa y ayudó a cambiar el mundo. Por lo menos en lo que se refiere a la parte más o menos racional de la especie humana, en la que no figuran, evidentemente, los redactores de índices de libros prohibidos.
Confieso que he aprendido mucho del Index librorum prohibitorum del Vaticano en su edición de 1948, que se mantuvo en vigor hasta 1966. Allí se prohíbe la lectura, bajo pena de excomunión, de Erasmo, Montaigne, Diderot, Hume, Balzac, Sartre, Spinoza, Tom Paine y de la mayor parte de los libros que importa haber leído. Se puede recomendar, por ello, a los jóvenes para que lo utilicen como un manual de las lecturas necesarias.
De un estilo semejante eran las listas de libros destinados a la quema por el nazismo o las que estableció Roy Cohn, el equívoco abogado colaborador de McCarthy -judío y antisemita a la vez- que inspeccionó las bibliotecas públicas de las Casas de América en Europa y dijo haber descubierto en ellas 30.000 libros procomunistas que había que retirar, incluyendo obras de Hemingway, Arthur Miller o Mark Twain (en especial aquel nefando cuento rojo que es El hombre que corrompió a una ciudad), con la desafortunada consecuencia de que algunas de las obras que hizo depurar, como La montaña mágica, La teoría de la relatividad o las de Freud eran las mismas que los nazis habían quemado unos años antes.
Pocos libros me han enseñado tanto acerca de la literatura universal como las Lecturas buenas y malas del padre Garmendi de Otaola, S.I. Allí se aprende que La Regenta "rebosa porquerías, vulgaridades y cinismo", o que Tolstói "es un incrédulo, racionalista, anarquista, nihilista, que declara guerra al cristianismo, porque éste enseña el amor a la patria", lo cual, como se ve, es un certero análisis de Guerra y paz.
Otro tanto diría de las listas de libros prohibidos de la España franquista, donde el entusiasmo por quemar y destruir libros llegó al extremo: en los primeros días del "alzamiento" el Abc de Sevilla publicaba una noticia que decía: "Los falangistas, al día siguiente de iniciarse el Alzamiento, recogieron en kioskos y librerías centenares de ejemplares, que fueron quemados como merecían". La incoherencia y la estupidez, propias de los censores de todos los tiempos y creencias, resultarían evidentes cuando se hicieran las listas oficiales, destinadas a depurar las bibliotecas públicas, con indicaciones tan extraordinarias como una que determinaba la obligación de eliminar del todo "la mal llamada literatura rusa", fuese roja o blanca.
En la primera revisión de bibliotecas que conozco, que es la de Valladolid en 1937, se prohíbe la mayor parte de Azorín, todo Baroja, Blasco Ibáñez, las poesías de Espronceda, Goethe, Kant, la Carmen de Merimée, la mayor parte de Gabriel Miró, Pardo Bazán, Pérez Galdós incluyendo algunos Episodios nacionales, La Celestina, las fábulas de Lafontaine, El Libro de Buen Amor, Valera, Valle-Inclán, etcétera. En las primeras listas de libros prohibidos en Barcelona, que le pasaron a mi padre en 1939 para que expurgase su librería -que, entretanto, hubo de permanecer cerrada durante meses-, figuraban Gandhi, Gogol, Maeterlinck, los hermanos Heinrich y Thomas Mann, Pascal (!), Rabelais, William Blake, Darwin (¡faltaría!) y, sorprendentemente, las novelas de Emilio Salgari, que eran toleradas en Valladolid pero estaban prohibidas en Barcelona.
Me gustan también otro tipo de guías que os informan de libros que no han sido prohibidos por la autoridad, sino relegados al olvido por el consentimiento general de la sociedad biempensante. Hay uno, realmente fascinante, que nos lleva por el mundo de lo que Raymond Queneau llamaba los "locos literarios". El diccionario de "locos literarios" de André Blavier, publicado en una colección que tiene un nombre tan prometedor como Le rappel au désordre, es un libro extraordinario. Los autores aparecen clasificados en él por actividades y materias. Hay los profetas, visionarios y mesías; los que se dedican a la cuadratura del círculo; los perseguidos y los perseguidores; los inventores, filántropos, sociólogos, etcétera. Toda clase de personajes singulares que exponen ideas fascinantes. Los profetas, por ejemplo, son impagables. Hay uno que asegura que Dios no es un puro espíritu, sino que vive arriba en los cielos, dotado de un cuerpo material, y que bebe, come y duerme igual que hacen los hombres. Y debía saber de qué hablaba, porque nos dice que él tenía contacto frecuente con el propio Dios. Hay otro que nos dice que "el reino de Dios es el reino de las cárceles" y que "antes del fin del mundo más de la mitad de la humanidad estará encerrada en cárceles". Una profecía que, si tenemos en cuenta que incluye en la categoría de cárceles los conventos, las escuelas, los seminarios, los cuarteles o las sectas, tal vez no sea tan loca como parece a primera vista.
En todo caso, una de las virtudes que tiene la lectura de este panorama de los locos literarios es la de convencernos de que las fronteras entre la normalidad y la locura son muy difusas y que tal vez sea razonable el consejo que se nos da en un grabado del siglo XVIII que figura al fin del libro: "El mundo está lleno de locos, y quien no quiera ver ninguno, que se quede en casa y rompa el espejo".
Tengo otras guías de este estilo, como The Chatto Book of Dissent, de Rosen y Widgery; Don't do it. A Dictionary of the Forbidden, de Philio Thody, junto a otras de carácter más informativo, como la Enciclopedia de la utopía, de los viajes extraordinarios y de la ciencia-ficción de Pierre Versins o el entrañable Dictionnaire rationaliste, entre cuyos autores figuran personajes como Langevin, Lévy-Bruhl o Jacques Proust.
Pero ninguno de ellos tiene la utilidad y el encanto de los índices de libros prohibidos, donde la estupidez de los censores resulta una guía segura para el hallazgo de la excelencia, que parecen oler igual que los cerdos descubren las trufas bajo tierra. ¡Benditos sean los censores que nos han descubierto tantos libros que merecía la pena leer! Y, de paso, gracias por haberme condenado. Son ya muchos los amigos que me han felicitado por esta distinción.
Josep Fontana es catedrático de Historia y director del Instituto Universitario de Historia Jaume Vicens i Vives de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

------------------------------- Una muestra.
Index Librorum Prohibitorum
Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano ( E. Gibbon)
A
Pedro Abelardo
Jean Le Rond d'Alembert
Vittorio Alfieri
Gabriele D'Annunzio
Wenceslao Ayguals de Izco
B
Francis Bacon
Honoré de Balzac
Pierre Bayle
Cesare Beccaria
Jeremy Bentham
Henri Bergson
Teodoro de Beza
Bernard Bolzano
Bernard le Bovier de Fontenelle
Robert Boyle
Otto Brunfels
Giordano Bruno
Odón de Buen
Pierre-Jean de Béranger
C
Juan Calvino
Giacomo Casanova
Emilio Castelar y Ripoll
Nicolás Copérnico
Auguste Comte
Étienne Bonnot de Condillac
Nicolas de Condorcet
Cornelia Bororquia
Benedetto Croce
D
Decamerón
Daniel Defoe
René Descartes
Denis Diderot
Paul Henri Thiry d'Holbach
Alexandre Dumas (hijo)
Alexandre Dumas (padre)
E
L'Encyclopédie
Erasmo de Rotterdam
Juan Escoto Erígena
F
Gustave Flaubert
Antonio Fogazzaro
Jean de La Fontaine
Ugo Foscolo
Charles Fourier
Anatole France
G
Galileo Galilei
Conrad von Gesner
Edward Gibbon
André Gide
Arturo Graf
Hugo Grocio
H
Heinrich Heine
Alejandro Herculano
Thomas Hobbes
Jaime de Huete
Victor Hugo
David Hume
I
Juan Antonio Llorente
J
Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra
Cornelio Jansenio
Juan Huarte de San Juan
K
Immanuel Kant
Nikos Kazantzakis
Johannes Kepler
L
Lactancio
Manuel Lacunza
Joseph Lalande
Alphonse de Lamartine
Félicité Robert de Lamennais
Enciclopedia Larousse
Lazarillo de Tormes
Giacomo Leopardi
Philipp van Limborch
M
Maurice Maeterlinck
Curzio Malaparte
Nicolas Malebranche
Juan de Mariana
Francisco Martínez Marina
Charles Maurras
(cont.)
Jules Michelet
John Stuart Mill
John Milton
Honoré Gabriel Riqueti
Juan Montalvo
Montesquieu
Alberto Moravia
N
Juan Eusebio Nieremberg
O
Andreas Osiander
P
Blaise Pascal
Constantino Ponce de la Fuente
Pierre-Joseph Proudhon
R
François Rabelais
Casiodoro de Reina
Ernest Renan
Samuel Richardson
Pedro Rodríguez de Campomanes
Jean-Jacques Rousseau
S
Francisco Sa de Miranda
George Sand
Julián Sanz del Río
Girolamo Savonarola
Juan Sempere y Guarinos
Miguel Servet
Jean Charles Leonard de Sismondi
Baruch Spinoza
Madame de Staël
Stendhal
Laurence Sterne
Eugène Sue
Emanuel Swedenborg
T
Bartolomé Torres Naharro
Ceferino Tresserra
U
Rafael Uribe Uribe
V
Dolores Veintimilla
Pietro Verri
Voltaire
Z
Émile Zola
V
Theodoor Hendrik van de Velde

lunes, 8 de febrero de 2016

Cortometraje francés muestra un mundo donde los hombres son mujeres

viernes, 15 de enero de 2016

BIOGRAFÍA AUTORES G.98

Datos biográficos relevantes:

ANTONIO MACHADO:

Etapas de su poesía.
Relación y trabajo con su hermano Manuel.
Leonor.
Los símbolos en su poesía.
Ideología y compromiso político.

MIGUEL DE UNAMUNO:

Formación académica y trayectoria laboral.
Idea de Dios. Crisis de fe.
Sus Nivolas (Novela + Niebla).
Ideología y compromiso político.

RAMÓN Mª DEL VALLE INCLÁN

Etapas literarias.
La bohemia.
El esperpento.

jueves, 14 de enero de 2016

LA RIQUEZA DE NUESTRO IDIOMA