jueves, 8 de enero de 2009

Instrucciones para dar cuerda a un reloj



Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj


Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Instrucciones para dar cuerda al reloj


Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Atelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Más cuentos de Julio CORTÁZAR en: http://www.juliocortazar.com.ar/obras.htm

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dar cuerda a un reloj:
1-Coges el reloj.
2-Miras donde esta la cuerda de el reloj.
3-Coges la cuerda de el reloj y la sacas hacia fura.
4-Le das vueltas a la derecha para que la aguja se dirija hacia la derecha y también puedes hacerlo al revés.
5-Cuando ya tienes la hora deseada apretad la cuerda del reloj para que no se cambie sin querer.
6-Ya puedes ver la hora exacta.

Anónimo dijo...

PREÁMBULO A LAS INSTRUCCIONES PARA REIR


Piensa, cuando ríes, que haces? Qué es una risa? Cómo se usa?
La utilización de la risa está al alcance de todo el mundo, que espontáneamente se deje llevar por los sentimientos. Nos posee, a veces, hasta el punto de no dejarnos respirar, hasta el punto de hacernos llorar,
la risa es una necesidad, una cura a los problemas. Es tan contagiosa como una gripe invernal, pasa de alma en alma poseyendo a cada una de estas. Nos libera al mismo tiempo que nos tiene amordazados por el ruido de el fruto de esta, la carcajada. Incluso inconscientemente nos reímos, sin saber el por qué.
Hay gente que la propaga, incluso se enriquece con la risa de los demás. Es una plaga, a todos nos afecta, nadie se libra de ella.

INSTRUCCIONES PARA REIR

Escucha, y deje que fluya por su mente ese humo contagioso y no igual para todo el mundo al que llamamos humor. Deje que se apodere, en más o menos cantidad de toda su conciencia y involuntariamente verá como ese fruto llamado carcajada va aumentando o disminuyendo en sus cuerdas vocales dependiendo del humo que haya aspirado y asimilado su mente.
Dejese llevar y disfrute del momento, y por unos segundos deje que todo fluya por su cuerpo.





BLANCA CAMARENA GARCÍ 4ºA

Anónimo dijo...

Subir las escaleras
Hay muchos modos de subir y bajar las escaleras ya que no todos los tipos de escaleras son iguales.
Podemos encontrarnos con unas escaleras antiguas, con unas escaleras de cristal, de madera…
Nosotros, las personas, somos los responsables de mantener las escaleras con integridad evitando su deterioro. Ya que hay muchas maneras de tratarlas. Porque no es lo mismo bajarlas andando tranquilamente, que bajarla montado en una bicicleta.
Para poder subir una escalera tenemos que poseer piernas y una fortaleza física mínima. Ya que por ejemplo una anciana de 90 años lo más probable es que no pueda subirlas y un discapacitado tampoco sería capaz de subirlas o de bajarlas.

María Martínez Ferrer 4ºA

Anónimo dijo...

voy hacer un texto expositivo de como se tiene que duchar:
-Primero das a el agua para que se valla poniendo caliente.
-Mientras esperas a que se ponga el agua caliente,te desnudas y te pones la calecfaccion.
-Cuando ya esta el agua a la temperatura k te vaya bien,t metes.
-Cuando estas dentro,te mojas todo el cuerpo y te aplicas el champu,mascarilla ect...
-Cuando ya lo tienes aplicado te enjabonas el cuerpo,te depilas o lo que tengas k hacer..
-Depues de estar todo el cuerpo emjabonado....te aclaras el pelo seguido del cuerpo.
-Despues coges la toalla y te vistes.

jesus iranzo molina

Anónimo dijo...

-Atar los cordones de unas zapatillas:

Preámbulo para atarse los cordones de unas zapatillas:

Piensa en esto:Cuando te regalan unas zapatillas, te regalan un par de pies nuevos con los que poder andar desde cero.No te las dan solamente, si no que los cumplas muy felices y esperamos que te gusten porque son de una buena marca, inglesas con una plantilla acolchada, no te regalan solamente ese mundo picapedrero que te pondrás en los pies y pasearás contigo.Te regalan -no lo saben, lo terrible que es no lo saben-, te regalan la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan el miedo a romperlas, el miedo a ensuciarlas, te regalan la necesidad de ponerle los cordones y de usarlas correctamente para que te duren durante mucho tiempo. No te regalan unas zapatillas, tú eres el regalado.


Instrucciones para atarse los cordones de unas zapatillas:

Allá al fondo está el futuro, pero no se asuste.Estire los cordones con las dos manos, haga un nudo y luego un lazo, apretando bien fuerte.Ahora la decisión es suya, corra hasta que el viento acaricie su piel, note como es el mundo el que pasa deprisa ante usted, el sudor de su frente.Todos los lugares por donde ha pasado van corroyendo por las venas de las zapatillas, gangrenando la fría sangre de sus plantillas. Y allá en el fondo está el futuro, si no aprovechamos ahora ya no importa.

Pilar Sarmiento Sandoval 4ºEso B, Nº 19