miércoles, 22 de abril de 2009

Feria del libro

1 comentarios:

Anónimo dijo...

El lunes,
Me hace levantarme de la cama.
Después suena el despertador,
suena sin cesar,
y no me deja descansar.
Una vez en pie,
miro el reloj,
¿llego, no llego?
Y pienso:
Que más dará,
es lunes.
Después de una ducha
de agua caliente,
miro la hucha y cojo dinero,
me visto
y con bocata en mano
me dispongo a salir.
El dichoso autobús
veo pasar
sin frenar en mi parada.
¿Me ha dejado tirado?
¿Lloviendo?
Un odio hacia el conductor siento,
pero ya es tarde,
para destrozarle.
Veinte minutos tendré que esperar,
y sin más demora,
me siento a descansar,
pero una señora me lo impide,
y por educación
alzo muy cuerpo,
cansado y agotado.
Un coche a toda velocidad,
chafa un charco y me moja.
Y pienso:
Si hubiera estado sentado,
esto no me habría pasado.
Miro a la señora
con el pantalón mojado;
Veo que mantiene la risa,
y por respeto,
me callo.
Por fin a llega el autobús,
primero en la fila
después de haber esperado enfadado,
un par de señoras se intentan colar,
otra vez no me puedo quejar.
La señora me chafa con el bastón,
y no se gira ni a pedir perdón.
No tengo asiento
y de pie me toca ir.
Otro lunes así
no lo puedo permitir.
Después de los baches del autobús,
llego a mi parada.
Miro el reloj;
2 minutos para llegar,
y yo a cinco de mi destino.
Me toca correr.
Por fin llego,
a tiempo.
De repente suena algo…
¡Es el despertador!,
Veo a mi madre,
y pienso:
A caso esto a sido un premonición.
Sin más demora
pregunto la hora,
diez y media,
y pienso:
Domingo,
gracias a Dios.

Pablo de Benito David 4ESO C Nº1